En estos tiempos de pandemia sanitaria, hoy día muchos hogares han tenido que reajustar o manejar de una manera diferente su presupuesto familiar para rendir el sustento diario, por falta de una entrada en ocasión de la disminución de los trabajos de integrantes de la familia o de los ingresos familiares o la dificultad a conseguir un crédito, por lo que se hace cada vez más notorio e importante un control de los gastos familiares para superar este momento. Se podría afirmar que esa economía familiar sirve para revisar varios temas, pero sin apartar el fin común, como es la calidad de vida del hogar y de la familia, incluyendo en esto último la educación de los hijos. Con ello se evitará se tomen decisiones inadecuadas.
Desde este punto de vista, el aislamiento preventivo para evitar contagios del covid19 ha podido desarrollar estrés y ansias, siendo un estimulante y multiplicador negativo en el ambiente familiar, lo que necesariamente conlleva a una certera planificación monetaria en casa, donde lo recomendable es incluir a los hijos en esta economía de familia, y se les haga ver que su opinión es muy valiosa y necesaria, y que comprendan la diferencia entre necesidad y el querer tener algunas cosas, por ejemplo, ¿qué es lo que realmente se requiere para sopesar las medidas sanitarias a cumplir?, y ¿qué es provechoso tener, pero que no sea fundamental?. De esa manera se controlarían los gastos y se podría tolerar la situación de indecisión actual.
Ello se conseguirá sacándole el mejor provecho a los actuales ingresos y ahorros familiares, pero sobre todo fijarse objetivos de casa sensatos y asequibles y responsables, que ayuden a conservar la calma y evitar las ventas de bienes familiares que denote miedo a no conseguir el sustento de los integrantes del grupo familiar, o lo que es peor aún, endeudarse con ciertos productos financieros de la banca comercial o de la banca extra (prestamistas o acreedores indolentes) a sabiendas de la dificultad o imposibilidad de rendir esas deudas en los plazos fijados. Eso sin duda alguna puede desestabilizar emocionalmente a los jefes de casa.
También es importante no demostrarles a los hijos, en especial a los menores de edad o de edad infantil, un pánico o zozobra, sino al contrario, hacerles ver que todo se mantendrá dentro de los parámetros normales de familia, solo que con ciertos ajustes, y lo primordial anunciarles que sus estudios se seguirán desarrollando. Que a lo mejor habrá que cambiar de un instituto privado a uno distrital, o cambiar el método de estudio por otra alternativa educativa, ubicándose en las primeras de cambio, validar su bachillerato. En artículos anteriores se ha escrito lo que es la validación. En la ciudad de Bogotá, y en general en todo el país, ese tipo de pedagogía personalizada cada día se va mejorando; y luego de esclarecerles que su preparación académica no cesará, habrá que explicarle que si habrá disminución en los compartir familiares como cenas fuera de casa, paseos a montañas, playas y piscinas, o adquisición de nuevos teléfonos, tabletas y demás tecnología afines, o quizás la reparación de calzados por unos nuevos, el arreglo o remodelación de ciertas áreas del hogar, que podrían esperar, entre otras medidas. Lo que si se debe tener claro, es que la decisión a tomar se debe hacer en familia, como un grupo o equipo de trabajo. Los mayores de edad opinando, los menores escuchando y esperando puedan opinar. Esto será la clave del éxito para salir adelante con la economía familiar en estos tiempos de pandemia.
Las medidas para evitar la propagación del coronavirus son pasajeras, y al tiempo desaparecerán poco a poco, y mientras ello ocurre, lo mejor será activar de una, la educación financiera adquirida a lo largo del tiempo.