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LA FORTALEZA DE UNA BUENA ORTOGRAFÍA EN LA EDUCACIÓN

Una buena ortografía constituye una señal conocedora y de razonamiento metódico en todo el ámbito de actuación de los estudiantes y profesionales, y en general en todas las personas que usen o dependan de su escritura para su accionar diario, por lo que podría surgir la siguiente interrogante: ¿Hasta qué punto tenemos un buen dominio ortográfico?

La respuesta a esta pregunta aparte de ser personal, debería ser exacta y puntual: si domino la cultura ortográfica, o, realmente tengo deficiencia. ¡Esa es la idea! Sincerizarse para beneficio personal, la ortografía. Ella es señal de la calidad cultural de la persona que se está comunicando en forma escrita, así como el de su entorno personal, condición social y área geográfica, significando con ello lo que es el cuido de la ortografía, porque a la vez equivale a imagen personal, familiar, comunitaria y por qué no, nacional. Definitivamente la ortografía podría traducirse en expresión y fortaleza cultural, ya que por ella tendríamos derecho a la mejor comprensión de lo que se quiera transmitir en forma escrita. Es el basamento que facilita la acepción o distorsión de esa noción que se quiera comunicar. Si hacemos un uso inadecuado de los signos de puntuación, fácilmente se alterará drásticamente la idea que se quería expresar.

Pasando a los escenarios educacionales, la buena ortografía les permitirá a los estudiantes labrar una mejor base que les permita alcanzar y obtener el logro propuesto en su futuro desempeño profesional. Es evidente que el no tener una buena ortografía, puede ser causa de una grave falla con consecuencias nefastas para el alumno, como por ejemplo, la perdida de una beca o el aplazamiento de un examen, en otras, que a la vez puede causar desmotivaciones personales.

El aprendizaje de la ortografía seguirá convirtiéndose en un desafío para los docentes, quienes tienen la potestad de saber cuándo es el inicio de esta enseñanza y como lograr la mejor efectividad durante ese proceso de aprendizaje estudiantil, el cual puede ser desalentador para ese facilitador en oportunidades, debido al poco empeño demostrado por el alumno. Enseñar ortografía no es fácil, inicialmente va a depender del ánimo que los estudiantes tengan en ese momento, ya que lo básico de la materia en cuestión es, memoria; es recordar lo que se le enseña desde las primeras lecciones en cuanto a composición de las palabras, acentuación, signos de puntuación, de exclamación, signos auxiliares de puntuación, etc. Indiscutiblemente la memoria es pieza importante en todo aprendizaje. Sin ella se pierden cosas esenciales como las experiencias, y por eso es que es complejo desunir los conceptos memoria y enseñanza, pues ambos dos, en términos de símil, conforman dos caras de la misma moneda: la enseñanza está sujeta a la memoria para su manutención en el tiempo y, de modo opuesto, la memoria no tendría objeto si no tuviera espacio en la enseñanza.

La ortografía seguirá siendo una de las partes más importantes de todo lenguaje escrito, aunque tampoco es el único ni el más importante desde el punto de vista lingüístico. Es así entonces, que es preferible ubicar esta forma de enseñanza como un todo, de manera que no se diga que aprender a escribir es educación ortográfica, y que tampoco se afirme que un escrito es solo parte gráfica.

Finalmente, la educación necesariamente seguirá siendo la fortaleza de una buena ortografía en las personas. –

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