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Nuestra misión como padres fortalecer los lazos que nos unen con nuestros hijos,  establecer relaciones afectivas constructivas en nuestro hogar,  para lograrlo necesitamos conectarnos desde lo más profundo de nuestros sentimientos, es decir sintonizarnos con lo que ellos sienten en cada momento de su vida, en el área escolar o académica, en el área social, familiar etc. cuando logramos esto ellos se sienten acogidos, protegidos, comprendidos y valorados.

Observar no es lo mismo que mirar, es darnos cuenta de lo que ellos hacen realmente, que nos están diciendo a través de sus comportamientos, leer e identificar los sentimientos que se presentan en cada momento, así poder orientar y ayudar, estar atentos a comprender lo que nuestros hijos dicen con sus palabras, su cuerpo, sus expresiones y su estado de ánimo.

Abrir la puerta a la comunicación es lograr navegar en su mundo interior y alcanzar un mayor nivel de confianza estar presente en los momentos pequeños como en los grandes, cuando saca malas notas, como cuando saca buenas, cuando necesita refuerzo escolar o académico o cuando necesita sentirse felicitado por sus logros escolares, identificar cuando darles afecto crean memorias profundas e imborrables que van a estar presentes por el resto de sus vidas, no es posible cambiar las cosas materiales por el tiempo compartido, un tiempo de calidad hace que ellos brillen con luz propia se adueñen de su vida, se enamoren y entreguen todo su potencial, que sus padres sean sus héroes favoritos.

Hay tantas actividades que fortalecen la unión familiar, por ejemplo un sábado una película escogida por ellos, una salida al parque, compartir un helado, disfrutemos plenamente de los espacios que compartimos con nuestros hijos, son recuerdos imborrables, alimenta los vínculos entre padres e hijos, la clave está en transformar en maravillosos todos los momentos que pasemos con los pequeños, inclusive cuando los acompañamos en sus tareas, que todo sean momentos agradables, esto fomenta el desarrollo físico, social, afectivo, cognitivo, forma grandes estudiantes, generan el rendimiento académico que se desea.

Nuestra misión como padres fortalecer los lazos que nos unen con nuestros hijos,  establecer relaciones afectivas constructivas en nuestro hogar,  para lograrlo necesitamos conectarnos desde lo más profundo de nuestros sentimientos, es decir sintonizarnos con lo que ellos sienten en cada momento de su vida, en el área escolar o académica, en el área social, familiar etc. cuando logramos esto ellos se sienten acogidos, protegidos, comprendidos y valorados.

Observar no es lo mismo que mirar, es darnos cuenta de lo que ellos hacen realmente, que nos están diciendo a través de sus comportamientos, leer e identificar los sentimientos que se presentan en cada momento, así poder orientar y ayudar, estar atentos a comprender lo que nuestros hijos dicen con sus palabras, su cuerpo, sus expresiones y su estado de ánimo.

Abrir la puerta a la comunicación es lograr navegar en su mundo interior y alcanzar un mayor nivel de confianza estar presente en los momentos pequeños como en los grandes, cuando saca malas notas, como cuando saca buenas, cuando necesita refuerzo escolar o académico o cuando necesita sentirse felicitado por sus logros escolares, identificar cuando darles afecto crean memorias profundas e imborrables que van a estar presentes por el resto de sus vidas, no es posible cambiar las cosas materiales por el tiempo compartido, un tiempo de calidad hace que ellos brillen con luz propia se adueñen de su vida, se enamoren y entreguen todo su potencial, que sus padres sean sus héroes favoritos.

Hay tantas actividades que fortalecen la unión familiar, por ejemplo un sábado una película escogida por ellos, una salida al parque, compartir un helado, disfrutemos plenamente de los espacios que compartimos con nuestros hijos, son recuerdos imborrables, alimenta los vínculos entre padres e hijos, la clave está en transformar en maravillosos todos los momentos que pasemos con los pequeños, inclusive cuando los acompañamos en sus tareas, que todo sean momentos agradables, esto fomenta el desarrollo físico, social, afectivo, cognitivo, forma grandes estudiantes, generan el rendimiento académico que se desea.

Nuestra misión como padres fortalecer los lazos que nos unen con nuestros hijos,  establecer relaciones afectivas constructivas en nuestro hogar,  para lograrlo necesitamos conectarnos desde lo más profundo de nuestros sentimientos, es decir sintonizarnos con lo que ellos sienten en cada momento de su vida, en el área escolar o académica, en el área social, familiar etc. cuando logramos esto ellos se sienten acogidos, protegidos, comprendidos y valorados.

Observar no es lo mismo que mirar, es darnos cuenta de lo que ellos hacen realmente, que nos están diciendo a través de sus comportamientos, leer e identificar los sentimientos que se presentan en cada momento, así poder orientar y ayudar, estar atentos a comprender lo que nuestros hijos dicen con sus palabras, su cuerpo, sus expresiones y su estado de ánimo.

Abrir la puerta a la comunicación es lograr navegar en su mundo interior y alcanzar un mayor nivel de confianza estar presente en los momentos pequeños como en los grandes, cuando saca malas notas, como cuando saca buenas, cuando necesita refuerzo escolar o académico o cuando necesita sentirse felicitado por sus logros escolares, identificar cuando darles afecto crean memorias profundas e imborrables que van a estar presentes por el resto de sus vidas, no es posible cambiar las cosas materiales por el tiempo compartido, un tiempo de calidad hace que ellos brillen con luz propia se adueñen de su vida, se enamoren y entreguen todo su potencial, que sus padres sean sus héroes favoritos.

Hay tantas actividades que fortalecen la unión familiar, por ejemplo un sábado una película escogida por ellos, una salida al parque, compartir un helado, disfrutemos plenamente de los espacios que compartimos con nuestros hijos, son recuerdos imborrables, alimenta los vínculos entre padres e hijos, la clave está en transformar en maravillosos todos los momentos que pasemos con los pequeños, inclusive cuando los acompañamos en sus tareas, que todo sean momentos agradables, esto fomenta el desarrollo físico, social, afectivo, cognitivo, forma grandes estudiantes, generan el rendimiento académico que se desea.

La verdadera educación consiste en sacar a la luz una mejor persona, preparación mental para ejecutar una acción con interés, es el alma de una sociedad, pasión por aprender, es la mejor amiga, te acompañara para toda la vida, mantienes un descubrimiento progresivo, preparas el camino para surgir, esta riqueza valiosa nunca dejara de crecer si la sigues cultivando, te enamorarás del conocimiento, enfrentarás la adversidad, generarás confianza y sabiduría infinita.

Los niños tanto en sus clases como en su vida cotidiana serán fuentes potentes de imaginación, en el colegio recibirán correctamente un alto nivel de conocimiento adquiriendo como recompensa comportamientos y sentimientos positivos, cuando hay más contacto  con El, pendiente de su día en el colegio, de sus notas, de sus logros escolares y académicos, así como también de los inconvenientes, adquieren mayor confianza y eficacia, esto junto con el refuerzo diario permite que ellos revelen todo su potencial, ese constante acompañamiento en sus tareas, trabajos, en sus emociones, sentimientos, pensamientos, genera una mejora continua que producirá como resultado grandes frutos, con el tiempo serán más independientes y generarán autorreflexión y actitud para hacer las cosas, y si le sumamos nuestros besos, abrazos y aplausos hará que vibren de emoción.

Refuerzos en la motivación y la autoestima es vital para el desarrollo de los niños, fortalece su mentalidad, atiendes sus necesidades, debes escucharlo y comprenderlo, vive la misma situación hazle creer que tienen la razón, pero oriéntalo, profundiza en el tema para que se sientan seguros y protegidos, contar las cosas del corazón hará que les llegue el mensaje de otra manera y que no lo olviden fácilmente, si tú les pones corazón, Ellos también lo pondrán en sus tareas académicas escolares y en su vida cotidiana. .

No riñas cuando hacen algo mal, es cuando más te necesita, hacer entender que un error es una oportunidad para seguir mejorando y no como un fracaso, hacerle entender que cualquier particular comete el mismo error, es una etapa natural de aprendizaje, muchas veces la música nos transporta a otro lugar nos cambia el chip y utilizándolo una manera sabia y estratégica, nos será de gran ayuda para cambiar su estado de ánimo.

Trabajar conjuntamente para averiguar la razón de su comportamiento a la hora de estudiar, en el colegio o en casa, los padres son los primeros maestros y los que ejercen mayor influencia en los niños, deben mantener enlaces fuertes para generar confianza y un buen estado de ánimo, esto facilita el aprendizaje, no solo escolar sino en su diario vivir, ofrecele una retroalimentación constructiva y dale a conocer que es el fruto más valioso para la familia.

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“Una inversión en conocimiento paga el mejor interés”.

Benjamin Franklin.