Si es bien es cierto que en la mayoría de los hogares de Bogotá, y demás ciudades del país se práctica la educación virtual desde principios de la década de los años cuarenta aproximadamente, a la fecha esta alternativa educativa se sigue consolidado más en forma positiva e impactante, en especial estos últimos 15 meses.
Entendemos como educación virtual entonces la oportunidad que dan los medios tecnológicos para desarrollar el procedimiento de aprender y enseñar, entre dos partes: los docentes y los alumnos, quien enseña y quien aprende; guiándose ambos lados por un formato didáctico-pedagógico que tiene como fin común, los nuevos conocimientos. Lo más característico de todo ello, es que, a pesar de estarse comunicando en tiempo real, lo hacen en distintos espacios presenciales.
Es oportuno hacer la salvedad que en esto último expresado siempre se le dado trato de significados similares a la educación virtual, a la educación en línea e inclusive a la educación a distancia, pero es muy importante aclarar y conocer las diferencias que hay entre tales términos, sobre todo por el continuo uso que se le está dando a esta forma de educarse y de enseñar.
En el primero de los casos, se necesitan de medios tecnológicos como base fundamental, mencionándose entre ellos las portátiles, computadoras de escritorio o tabletas, una buena conexión al servicio de internet y el conocimiento básico de manejo de plataformas multimedia. Generalmente es asincrónico su uso y desarrollo, ya que no necesariamente el alumno y el docente tienen que estar conectados al mismo tiempo. Su fortaleza es precisamente ello, el empleo de esas herramientas de computación que ofrecen la ventaja de la permisividad del horario personal del estudiante, manejando mejor su tiempo personal y profesional. Un buen ejemplo de este tipo de educación, es la validación del bachillerato, ya que aquí los documentos que se manejan se suben a la plataforma de la institución escogida para validar sus estudios, y de esta manera el alumno pueda revisar, elaborar o contestar la actividad que se le pida, para posteriormente esperar la calificación obtenida en sus actuaciones. Lo mejor de esta educación virtual es que al alumno se le brinda una educación personalizada, permitiendo ello que sus estudios avancen con mayor celeridad si ningún tipo de despiste u omisión.
En el caso de la educación en línea, por su puesto se desarrolla con los mismos ámbitos digitales de la educación virtual aprovechando sus bondades en todo momento, pero la diferencia es que el estudiante esta vez coincide con el profesor y horario escogido para la clase del día en forma sincrónica. En esta opción educativa es necesario un empeño profesional y personal por parte del docente involucrado, ya que tiene que lograr a través del hilo virtual, una verdadera comprensión del alumno de la clase que se imparte, con un clima de libertad, confianza y respeto entre ambos actores participantes, o entre el grupo si así es el caso. Allí cada quien debe lograr sus metas pedagógicas y de aprendizaje, asumiendo sus roles personales.
En el último de los casos, la educación a distancia tiene un porcentaje de modo presencial y virtual, ello lo establece la institución seleccionada para estudiar. En esta alternativa educativa el estudiante también controla su tiempo ya que no es prescindible estar en línea a la hora de interactuar con el profesor como en otros métodos. Allí se les notifica cuando deben asistir a una clase específica, y luego en ella se le dirá que trabajo se debe elaborar en casa. Ya después la entrega de esos quehaceres escolares la definirá el docente. Si se quiere es más práctica y fácil de desarrollar.
Como se podrá denotar, oportunidades de estudiar y aprender las hay. Queda de parte del interesado como hacerlo. –